Casa Patacona | Arrocería - Alboraya, Valencia

Isra García

Estuvimos comiendo en Casa Patacona, y nos encantó el servicio, mucha rapidez y muy cercano, pedimos una lubina a la plancha con verduras y un zumo de naranja natural. Un precio muy comprensible. Buena experiencia.

J. Bruno

Me decepcionó al ir con mi familia. Pedimos el menú patacona que cuesta 25€ por persona , 3 entrantes y luego a elegir entre paella y fideuá. La ración de entrantes para 4 personas adultas era exactamente igual y hasta un poco menos que de otras mesas que eran solo 2 personas. Y la paella la mitad bien aunque le faltaba un poco al arroz, estaba duro, pero la otra quemada, se lo reclame y me trajo un plato de arroz con pollo nada sabroso que parecía para niños. El camarero muy amable pero el servicio fue muy lento y con raciones muy escasas para 4 personas. Pagamos 120€ porque no incluía bebidas y la verdad que me fui disgustada. No lo recomiendo para arroz.

David

Visité recientemente el restaurante y en general, la experiencia fue bastante satisfactoria. La comida estaba bien preparada y con buen sabor. Probamos el calamar a la plancha, que estaba tierno y bien condimentado, y las tellinas, que resultaron ser una grata sorpresa, frescas y sabrosas. Para finalizar, los crepes de postre fueron una deliciosa manera de culminar la comida.

El servicio fue rápido y amable, lo cual siempre se agradece. Los camareros estaban atentos y dispuestos a ayudar en todo momento.

Sin embargo, hay un par de aspectos que podrían mejorar. La terraza interna podría beneficiarse de una mejor climatización, ya que en algunos momentos la temperatura no era la más cómoda. Además, un retoque en la decoración no le vendría mal para hacer el ambiente más acogedor y atractivo.

En resumen, es un lugar al que definitivamente volvería, esperando que mejoren esos pequeños detalles que podrían hacer de la experiencia algo aún mejor.

Luis Garate

Pésimo servicio en todos los sentidos, desde el inicio hasta el final. Al recibirnos en el restaurante cabe destacar que no nos reciben con la misma euforia que con personas angloparlantes, desde allí ya se empieza a notar el trato distinto, pedimos una sidra para mí pareja y un nestea para mi, en el cual terminaron sirviéndole a ella un gin tonic en lugar de la sidra que ordeno ( el cual al servirlo derramó el tonic en la mesa de mi pareja), no le préstamos atención porque errores cometemos todos y pues lo dejamos pasar... Habíamos pedido también unas gambas al ajillo y una paella valenciana, las gambas al ajillo no tardaron en llegar, pero casi una hora después de haber pedido la paella valenciana tuve que preguntar qué cuanto tiempo más iba a tardar para que la trajeran, ya en ese punto se me había agotado el nestea el cual pedí que me trajeran otro ( el cual nunca me trajeron)

Evidentemente nos molesta debido a que si el interés está en atender solo a personas extranjeras pues deberían especificarlo en el restaurante antes de entrar y dar un servicio tan nefasto.

Es decisión de cada persona en ir, sin embargo sepan que no van a tener una buena atención a menos que seas extranjero.

David Lozano Garcia

En general muy buena experiencia. Mi mujer celebró allí su cumpleaños y se adaptaron a todo para ofrecer el mejor servicio. Martina y el resto del personal muy amables. Recomendable.

Ezequiel Molina Ehrman

Visitar este restaurante fue una experiencia única, y no precisamente en el buen sentido. Llegamos a las 21:30 sin reserva y, aunque había cuatro mesas libres a nuestra disposición, no nos quisieron sentar hasta las 22:00. Así que pasamos media hora contemplando esas mesas vacías, como si estuviéramos esperando a que maduraran.
Finalmente, nos sentaron y ahí comenzó la verdadera aventura. La moza nos trató con una indiferencia tan notable que pensé que me había vuelto invisible. Nos miró como si le debiéramos dinero y tomó nuestro pedido con menos entusiasmo que un lunes por la mañana. De hecho, se fue sin tomarnos el pedido completo, obligándonos a llamarla de nuevo y enfrentar esa cara de pocos amigos.
La paella, una delicia en otros lugares, aquí llegó con un toque especial: quemada al punto de que pensé que nos estaban preparando para un nuevo tipo de dieta a base de carbón. Uno de nuestros amigos, valiente o inconsciente, se animó a probarla y terminó con una diarrea tan rápida que casi se convierte en un nuevo deporte extremo.
En resumen, si buscas un lugar donde te traten con indiferencia, te hagan esperar sin motivo y te sirvan paella con efectos secundarios inmediatos, ¡este es tu lugar! Pero si no, sigue buscando. Hay muchos restaurantes que te tratarán mejor y, con suerte, te evitarán una visita urgente al baño.

Lucía Pérez

La comida estaba bien, el lugar acogedor pero el personal era muy lento y poco atento

Jon Ander Carcedo

La paella estaba bien pero cuando nos la sirvieron salieron CUCARACHAS del apollador de mimbre que hay debajo de la paellera.

No salió 1 sino que habían 6-7 y fue una experiencia muy desagradable.

Cuando llamamos a la encargada, parecía que no le importaba mucho esto

Si vas a un restaurante en Tailandia y comes por 3€ entiendo lo de las cucarachas, pero en un sitio que pagas 150€-200€ por mesa…

Había venido ya 2-3 veces antes pero no volveré más.