Bar Restaurante EL LLANO - Aguilar de la Frontera, Córdoba

El Bar Restaurante EL LLANO, ubicado en la Pl. Llano de la Cruz, 14920 Aguilar de la Frontera, Córdoba, España, es un lugar que ofrece una experiencia culinaria agradable y variada. Con una calificación promedio de 4.3/5, basada en 122 reseñas de Google My Business, este establecimiento se ha ganado una sólida reputación en la comunidad.

Una de las principales características del Bar Restaurante EL LLANO es su amplia selección de especialidades gastronómicas. Ya sea que prefieras opciones informales para disfrutar en el lugar, o llevarte la comida a casa, este restaurante tiene algo para todos. Además, ofrecen entrega a domicilio y asientos al aire libre, lo que lo hace aún más atractivo para aquellos que deseen disfrutar de sus deliciosas opciones en un ambiente cómodo y agradable.

El restaurante también cuenta con opciones accesibles para personas en sillas de ruedas, y aceptan diversos métodos de pago, incluyendo tarjetas de crédito, débito y pagos móviles mediante NFC. Esto hace que sea fácil y conveniente disfrutar de sus ofertas gastronómicas.

Otro aspecto a destacar del Bar Restaurante EL LLANO es su variada selección de bebidas. Desde café y cerveza, hasta vino y bebidas más fuertes, hay opciones para todos los gustos. Además, ofrecen deliciosos desayunos, almuerzos, cenas y postres, por lo que puedes visitarlos en cualquier momento del día.

El restaurante también cuenta con un espacio con asientos cómodos, sanitarios y un bar agradable. Aceptan reservas y son ideales para visitar en grupo, ya sea con niños o sin ellos. Ofrecen sillas altas y estacionamiento gratuito en la calle, lo que facilita aún más la visita al establecimiento.

Opiniones de Bar Restaurante EL LLANO

Gonzalo Mármol López

1/5

Una auténtica vergüenza, 30 minutos esperando en la terraza para desayunar y no venía nadie!! Que poca vergüenza, no les pongo una hoja de reclamaciones porque encima ni la tendrán. No he estado nunca aquí, pero vamos, no volveré en mi vida.

Tomás Rincón García

5/5

Tan solo hice una pequeña parada para el desayuno. La tostada era esponjosa, tierna y sabrosa, y el café intenso. Buen sitio.

Pablo Gordillo Bosque

5/5

Fuimos en nuestra ruta con la bicicleta y nos rellenaron de agua fresquita. Súper amables. Gracias!!!

Merit

5/5

Muy agradables, es la segunda vez que he estado, la otra vez fui con mi marido en festivo. Esta vez fui a comer sola porque soy comercial y me pareció una buena idea. Como un exquisito flamenquin con doble guarnición (Patatas y ensalada). Repetiré sin duda. Totalmente recomendado si se va a Aguilar de la Frontera.

José Anillo Jiménez

5/5

Buen servicio y ambiente. Bonita "Feria de La Rosa".

David Romero

1/5

Comida pésima, pizzas medio hacer , un plato de carne de lagartillo pringado en aceite de verlo hecho en la freidora, un bocadillo de tortilla de patatas que la tortilla no se la comía ni los perros como nos dijo hasta el mismo camarero otro bocadillo de tortilla francesa con pimientos y de tortilla francesa no tenía nada hecharon lo que le dieron la gana vamos y podría seguir....... no volveré a pisar más ese establecimiento con eso lo digo todo....

Monica Perez Botella

4/5

La comida y el sitio muy buenos pero el tiempo en servir la comida es bastante largo

Paco Garcia

1/5

Un día entre semana, donde simplemente hay 5 o 6 meses ocupadas en la terraza y dentro del local un par de personas tomando unas cañas. Pedimos de cenar (unas patatas con cheddar, chopitos a la plancha y un flamenquín), mientras el resto de mesas quedaban despachadas. Un par más se unen a la plaza, ¿y cuál es la sorpresa tras esperar más de una hora? Que a ellos les llegan sus patatas y pizzas a los 10 minutos de estar sentadaos. Lo vergonzoso no es eso, es la respuesta del camarero a la pregunta de: cómo pueden tardar unas patatas más de una hora. Según él, porque las salsas son distintas (Ah, pero no se preparan igual ¿?). Y que decir no queda, que sus pizzas salen antes que unos chopitos pasados a la sartén y un flamenquín que es sólo meterlo un rato en aceite (¿?).
El camarero nos remite a los dueños dentro, los cuales tras contar nuestra experiencia sólo saben ampliar el silencio. Bueno ni eso, ya que los que estaban en la barra con las cañas lo rompieron con un: ¡Ahí las tienes, mirándose una a la otra!
No vuelvo más.